
El comportamiento de los niños y adolescentes debe vigilarse temprano, desde pequeños, si queremos ayudarlos a aprender y comprender las normas básicas de etiqueta y las buenas maneras, tan importantes para su desarrollo y evolución hacia la vida adulta.
Esto debe hacerse de manera sencilla y con paciencia, sin regaños y especialmente, sin humillarlos ni avergonzarlos frente a sus amigos y familiares con sesiones de exhibición de lo aprendido o de burlas por lo que aún no dominan.
Algo fundamental es el ejemplo: es mucho más fácil enseñar si las actuaciones de los padres son correctas y consecuentes con lo que desean inculcar, ya que de esa manera tienen mayor credibilidad.
No haga ni diga nunca las cosas que les dice que no deben hacer ni decir. Tampoco es bueno decirles que no deben hacer algo sin explicarles por qué.
Facilíteles el aprendizaje con herramientas adecuadas a su edad: por ejemplo, para que aprendan el uso de los cubiertos en la mesa , no los siente en sillas grandes y altas en donde apenas pueden alcanzar las cosas.
Tampoco les dé cubiertos normales de adultos para sus manitas pequeñas, pues los tomarán con torpeza, podrán causar accidentes y quedarán tan atemorizados que no querrán repetirlo, lo que les dificultará el aprendizaje.
Es más conveniente colocarlos aparte en una mesita con sillas adecuadas a su edad.
Enséñeles la importancia de no hablar con la boca llena y no ingerir porciones muy grandes de alimentos.
Explíqueles la forma como deben usar la servilleta, a desdoblarla y colocarla en el regazo y cómo limpiarse con ella.
Todos estos aprendizajes son necesarios para encaminarlos hacia un futuro en donde puedan proyectarse como personas bien educadas: hombres y mujeres de bien.
Todos saldremos ganando.
El ejemplo de los padres…
La importancia de dar un buen ejemplo en la educación de los más pequeños
‘Hacer lo que yo digo y ver que yo lo hago’
La educación de los más pequeños no solo consiste en darles un montón de sugerencias, consejos y reglas. También hay que enseñar dando un buen ejemplo. Según reza el dicho popular: «No hay mejor predicador, que Fray Ejemplo«. No solo lo que aprenden en los libros es importante. Es importante, que tanto en casa como en el colegio, los mayores den un buen ejemplo, siendo esta una de las mejores enseñanzas y la forma en la que mejor retienen ese enseñanza los más pequeños.
El tópico de que los niños son como esponjas, es bastante acertado. Pero además suelen tener una particularidad, siempre retienen mejor los malos ejemplos (las palabrotas, los gestos incorrectos, etcétera). Por eso es muy importante la forma de actuar de las personas que les rodean. Una mala influencia puede ‘estropear’ muchas horas de buenas enseñanzas.
Eso es no está bien
Si es necesario se le puede regañar al peque y explicarle por qué una cosa está bien o mal hecha. Siempre que sea posible, hay que razonar su buen o mal comportamiento. Lo que no debe hacer es reñirle en público, poniendo en evidencia al niño. Se debe amonestar en privado.
Tampoco es correcto discutir con otro u otros mayores el motivo del regaño o castigo impuesto por una falta del niño. Si no estamos de acuerdo lo mejor es discutirlo en privado. Y no se debe cuestionar nunca en público la autoridad de la otra persona (su madre, su padre, su abuela, etcétera).
Otro comportamiento que debemos evitar y que no es demasiado apropiado es dar «refugio» o cobijo al niño con mimos y dejando en mal lugar a la persona que le ha regañado. Es un mal ejemplo para el niño que aprenderá a solicitar este «apoyo» siempre que le recriminen o riñan por una mala conducta.
El comportamiento ajeno también es una buena fuente de aprendizaje. Cuando otro menor hace algo que no debe puede ser un buen momento para indicarle a nuestro pequeño lo que no se debe hacer. En un parque, en un centro comercial, etcétera, podemos encontrar muchos ejemplos (por desgracia) de lo que no se debe hacer. Los podemos utilizar con nuestros niños como ejemplos reales de un comportamiento poco apropiado. También puede servir como un buen ejemplo el comportamiento de otros niños cuando hacen las cosas de forma correcta. Por ejemplo, cuando tiran un envoltorio a una papelera, cuando piden algo ‘por favor’, cuando dan las gracias, etcétera.
Si no te portas bien, tendrás tu castigo
En ciertos momentos, también es importante explicarles a los más pequeños las posibles consecuencias que pueden conllevar su mal comportamiento. Que aprendan a que ser maleducados o tener un comportamiento incorrecto les puede acarrear un castigo o penalización (quedarse sin jugar a su videoconsola de juegos, sir ir a una fiesta, sin ver su programa favorito de la tele, etcétera).
Pero no todo tiene su lado negativo. Al contrario, también podemos premiar un comportamiento correcto de los niños cuando se portan bien en el cine, en casa de un amigo o familiar, en la calle o en un parque, etcétera.
Haciendo un símil con la informática, los niños son como un ordenador que vienen con el «disco duro» vacío. Son las personas adultas a su cargo las que deben ir «grabando» en ese disco duro los conocimientos necesarios para que tengan un correcto desarrollo en todos los sentidos y lograr formar a una persona, que utilizará, con toda seguridad, esos conocimientos adquiridos (grabados en su disco duro) durante el resto de su vida. Por eso es tan importante darles una buena educación, porque es un pilar básico para toda su vida.
Recordemos que siempre es mejor razonar que imponer. Que siempre es mejor premiar que castigar. Dar un buen ejemplo es una de las mejores enseñanzas que podemos proporcionar a nuestros hijos.
*Fuente Protocolo Org